jueves, 11 de septiembre de 2008

Bunbury: «Dos frases no hacen un plagio»

Noticia publicada el día 11/09/2008 en La Nueva España


El cantante admite que usó versos de Pedro Casariego l Martín Casariego: «Por fortuna, no todos los creadores actúan de igual manera; no vale todo»

Oviedo/Madrid.- Enrique Bunbury, que el próximo 7 de octubre publicará su nuevo álbum, «Hellville de Luxe», en cuyos textos incluye el verso «soy el hombre delgado que no flaqueará jamás», del poeta madrileño de origen asturiano Pedro Casariego, asegura en su web que «dos frases no hacen un plagio».

Esta frase, que da título al single de presentación del disco, «El hombre delgado que no flaqueará jamás», ha sido motivo de polémica estos días porque la familia del poeta, fallecido en 1997 a los 37 años, se ha mostrado sorprendida, en varios medios de comunicación, porque el músico no cite sus fuentes.

Ante esto, el músico zaragozano escribió ayer en su propio portal: «antes de nada, una puntualización: No me defiendo de una acusación de plagio. Primero, por que no se me acusa, se me señala en diferentes medios de comunicación. Una acusación debería ser interpuesta ante tribunales pertinentes».

«Segundo», añade, «un plagio es algo perfectamente legislado por leyes interpuestas por órganos de gestión como SGAE y demás defensores de los derechos intelectuales. Existen pautas que determinan claramente dónde existe y dónde no».

Y reconoce tajantemente que no va a negar que ha utilizado dos frases de Casariego («grandísimo poeta, por cierto») de dos de sus poemarios, igual que asegura que otras veces ha utilizado textos que apunta de las películas, los periódicos, la publicidad o conversaciones privadas. Pero añade: «La canción dura siete minutos, tiene seis largas estrofas y dos estribillos (sobra decir que tiene acordes y melodía). Dos frases no hacen un plagio. Pregunten. Si alguien está convencido de que no es como aquí afirmo, nos vemos en los tribunales».

«Soy consciente del mundo en el que vivimos, y no es la primera vez que tristemente veo cómo medios de comunicación se entusiasman ante la noticia de que me bajo de un escenario, después de ignorar (tantas veces) las dos mil que me he subido en mi vida o los más de veinte discos que he publicado; o que se frotan las manos cuando un colega (vuestro, no mío) dice en un artículo que dicen que alguien oyó. Triste, pero cierto», escribe.

Bunbury recuerda que a lo largo de la historia de la música popular, «grandes y desconocidos escritores de canciones han realizado prácticas similares recogiendo frases de canciones tradicionales y realizando nuevas y muy diferentes creaciones».

Y dice suponer que «muchos de los que han escrito y divulgado las acusaciones ni han escuchado la canción, ni han leído a Casariego».

«Insisto en que el plagio es una palabra perfectamente definida por el diccionario y marcada en sus límites por la ley. Espero que no se use esa palabra de forma aleatoria, ni al tun tun. Al igual que, en este caso, la realidad os joda una buena noticia», termina el comunicado.

Por su parte, el escritor Martín Casariego, hermano de Pedro, manifestó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que el comunicado de Bunbury «tiene al menos algo positivo: por primera vez nombra a Pedro Casariego Córdoba y reconoce que ha utilizado su obra, aunque haya sido a regañadientes. Agradezco a Bunbury que lo califique de grandísimo poeta, y a los lectores de mi hermano y a la prensa que, con los artículos y comentarios, se haya visto obligado a hacerlo.

«Por lo demás», prosigue Casariego, «en el comunicado no hay nada nuevo aparte de eso: continúa con su arrogancia y se empeña en llevar la polémica al terreno de lo legal, cuando los familiares de Pedro nos hemos referido siempre a la falta de ética que ha demostrado con su comportamiento. Y pese a su insistencia, sigo pensando que, por fortuna, no todos los creadores actúan de igual manera, pretendiendo hacer pasar por suyos los versos de otros. No vale todo, aunque algunos intenten hacérnoslo creer».

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