jueves, 11 de octubre de 2007

El cielo descendió varios metros

Noticia publicada el día 11/10/2007 en Aragón Digital


Cuando muchos pensaban que las nubes comenzaban a bajar para evitar que “La gira del Milenio” llegase por fin a Zaragoza, otros se dieron cuenta de que en realidad, era el cielo el que había descendido varios metros para que los seguidores de Héroes del Silencio escuchasen canciones que ya no esperaban escuchar en directo nunca más.

BEGOÑA PENÓN. Zaragoza.- La noche del 10 de octubre de 2007 es probable que muchos la recuerden como un paseo por el cielo. A pesar del frío, las voces de alrededor de 37.000 seguidores de Héroes del Silencio no se han congelado. Ha sido la noche del fin de la resignación, de pensar que nunca más volverían a tocar esas canciones en directo y lo que es todavía peor, de que nunca las escucharían en directo de nuevo.

El relato comienza “in media res”. A mitad de concierto, cuando ya hasta el más fan baja la guardia, (no pasa nada, a Madonna también le sucede durante las lentas), la duda, sin la menor hostilidad, ha empezado a planear. ¿Por qué han vuelto? Ellos lo explicaron a su manera en la edición española de Rolling Stone: se fueron de manera poco digna y tenían que poner un final acorde a su carrera.

El resultado serán estos diez conciertos, durante los cuales y según sus palabras “para que surja efecto el psicoanálisis” todos tienen claro que esta será la última vez que toquen juntos, que es su gira de reencuentro y de despedida, aunque despedirse de quien sea diez años después, esté más en sintonía con el contenido de su canción “Con nombre de guerra”, que con esa paz mental que buscan. A lo mejor tiene resultado, pero ahora el reclamo es que regresen al estudio.

No obstante, en boca de muchos está la palabra dinero, “han vuelto por la panoja, ¿no?”. En fin, quizás no exista sistema métrico para establecer comparaciones, pero a los Rolling Stones en los últimos años, solamente se les identifica con lo económico. Si no, ¿para qué iban a hacer giras? Porque no saben hacer otra cosa, simplemente.

En el caso de Héroes del Silencio tampoco el dinero se apunta como la más probable o única de las razones, con los derechos de autor ya se llevarán un buen pico al año, sino porque se merecen hacer una gira como la que están haciendo, acorde a como está establecido la industria diez años después: con pasarelas, luces, planos de los recintos con vallas que restringen accesos según lo que uno se gaste en la entrada y, en fin, entretenimiento. Fueron la banda más carismática del rock en España, nadie ha conseguido hacerles sombra, nadie. Así que, ¿por qué no se iban a permitir el lujo?

La pasarela

A partir de la cuarta canción, “La carta”, cuando ya se han ido los fotógrafos acreditados, Enrique Bunbury ha comenzado su maratón de pasarela, haciendo gala de estar en buena forma. En algunos foros se repite el agradecimiento a que no hayan regresado “barrigones y calvos”, sino haciendo luciendo esa imagen que les hizo ser eternamente imitados. De hecho, están con un aspecto de punto y seguido con aquél con el que se bajaron de los escenarios en 1997: de estrella del rock a punto de contratar recitales muy bien pagados en Las Vegas.

A continuación, se han saltado levemente el guión para rescatar la canción “Bendecida”, de su álbum “El Espíritu del vino”, que Bunbury comienza a interpretar de espaldas. Un gesto, en su caso, sin falta de cortesía puesto que se ha dirigido al público en todo momento de usted. Con “Sirena Varada” ha pedido por primera vez en el concierto la colaboración de los asistentes, que han prestado sus voces sin reticencias.

Como era una noche para la nostalgia, el vocalista ha encontrado también el momento para recordar sus orígenes en Zaragoza y en los clubes en los que les “dejaban tocar”, que no eran todos, de hecho alguno hasta les tenía vetada la entrada como consumidores “por blandos”. “No se pueden imaginar ustedes lo que supone estar aquí en La Romareda”, ha apostado.

Acto seguido, como maestro de ceremonias, Enrique Bunbury ha procedido a presentar al resto de los integrantes del grupo. Comenzando por “Mister Pedro Andreu” y siguiendo con “el último indio cherokee del rock ´n´roll, Joaquín Cardiel”. Ha dejado para el final a los dos hermanos Valdivia. “En esta gira nos acompaña, el Alquimista”, así conocido Gonzalo, el pequeño, en los círculos musicales de la capital, “sangre de su sangre”, lo que da paso a Juan, de quien ha dicho, “así lo quisisteis y aquí lo tenéis”.

El reservado

La harmónica ha comenzado a sonar para dar sentido a "La Herida". Después, todos se han trasladado al extremo de la pasarela para comenzar el “bloque íntimo”, con canciones como “Flor venenosa”, la canción que menos le gusta a la madre de Enrique, según él y "Apuesta por el Rock ´n´ Roll", tema que ha servido para criticar la falta de música de este género en los medios de comunicación, “llaman música a cosas muy raras”.

Tras "Héroe de Leyenda", existe un lapso de cuatro canciones en este relato porque, como viene siendo habitual en los conciertos que se celebran en este recinto, en La Romareda, no están equipados para que los numerosos asistentes puedan hacer “aquello que nadie puede hacer por ellos”, lo cual provoca filas de varios metros hasta alcanzar el objetivo.

A la vuelta, uno de los momentos apoteósicos de la velada, con el bloque más potente de su repertorio compuesto por "Entre dos tierras", "Iberia sumergida” y "Avalancha". Con la primera, se reconciliaron en su momento con los segmentos más duros del rock del país y con muchos de sus críticos. Aunque ahora nadie se acuerde, de ellos se escribía que no sabían tocar y que sus letras eran ininteligibles, y no en el sentido Shakira, a la que es difícil entender aún siendo hispano parlante, sino por el contenido de las letras.

Tras el descanso, ha habido dos bises, en los que Joaquín Cardiel ha vuelto al escenario con la cinta al pelo característica del grupo y Bunbury con chaleco, como Pedro. Para la canción“La chispa adecuada”, han pedido que se encendieran las luces que se tuvieran a mano, momento en el que por fin los móviles han vuelto a ser útiles. Y, se han ido “En los brazos de la fiebre”, puede que literalmente porque el líder de Héroes ha desvelado que han vuelto de América con gripe.

La cuenta atrás para el siguiente concierto se ha puesto en marcha, al tiempo que tras el escenario eran lanzados fuegos artificiales. La fiesta continúa.

Etiquetas: